sábado, 27 de junio de 2015

Primera y segunda vanguardia 





Entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, en casi todos los países con 
un cierto grado de desarrollo industrial se puso de manifiesto un sentido del presente y un ansia 
de romper con los estilos del pasado. 

Fue un momento agitado y complejo, en el que la búsqueda de lo nuevo convivía con la 
permanencia del pasado: rechazo de la máquina y aceptación de nuevas tecnologías ( que 
exploraban o anticipaban el futuro), agitación social y anarquismo a la par que consolidación de 
los valores de la cultura burguesa, además la crisis arte-sociedad se evidencia siendo la 
característica que conlleva la vanguardia. 

Se conoce como vanguardias históricas a los estilos artísticos que aparecieron en la primera 
mitad del siglo XX. Su propuesta rupturistas fue tan radical que más de un siglo después siguen 
siendo el paradigma del arte de vanguardia, dado que en la época se produce en el arte una 
auténtica revolución de las artes plástica. 

Escultura y pintura, participan de los mismos supuestos. Los movimientos vanguardistas son más 
una actitud ante el arte que una estética, que abandonará la imitación de la naturaleza para 
centrase en el lenguaje de las formas y los colores. Es la hegemonía del inconsciente, de la 
reconstrucción mental de la obra. Al espectador se le exige una nueva actitud ante la obra de 
arte. Los estilos dejan de ser internacionales para ser característicos de un grupo de artistas.